Proyectando

Posted in Uncategorized on junio 25, 2009 by curroscrimieri

Últimamente no actualizo demasiado porque ando bastante liado con el proyecto. Entre diseñar, dibujar, idear y escribir, los días pasan demasiado deprisa. Y si además alguno de ellos tengo que ir a la Fachhochschule por algún motivo, ese ya se puede dar por perdido. Ahí las horas pasan a toda velocidad sin que nada de provecho ocurra.

La última vez que subí a la Escuela fue porque desde el Taller me dijeron que habían terminado de mecanizar la pieza que les encargué. Dos semanas de espera, pero al fin podía olvidarme de esta tarea. No es que la cosa fuese demasiado complicada, pero para algo relativamente sencillo tuve que dar muchos paseos al taller y aún más explicaciones en alemán, inglés, señas y dibujos.

Primero les lleve el esquema de la rueda que me tenían que hacer. Una rueda de aluminio, de una pieza, sin radios, ni agujeros. Nunca he trabajado en un taller, pero por lo que sé, lo que yo pedí debe de ser de las cosas más fáciles de hacer en un torno: redondito y en un material blando.

Aún así me llamaron otra vez, porque no entendían bien las cotas, y querían asegurarse de qué era lo que les pedía. Les lleve la pieza original de plástico, que mi diseño debía sustituir, y tras media hora tomando medidas juntos y dándoles detalles, todo quedó claro: quería una copia pero en aluminio y sin radios o agujeros, salvo el del eje central. Ambos detalles son importantes, por las propiedades eléctricas y magnéticas del material, y por los efectos que pretendo inducir en ella.

Como no podía ser de otra manera, esto es lo que encontré cuando fui a recoger la pieza.

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¡Al menos es de aluminio! Muy probablemente vayan a tener que repetir todo el trabajo, y yo vaya a tener que recortar dos semanas de ensayos para poder entregar a tiempo. La verdad es que desde el punto de vista técnico el proyecto no es gran cosa, pero desde el punto de vista de gestión de un proyecto estoy aprendiendo bastante.

Ya os iré contando más cosas antes de marcharme.

Cervezas: guarreridas (actualización)

Posted in Uncategorized on junio 14, 2009 by curroscrimieri

Sabía que se me iban a olvidar muchas, y que la gente me iba a decir muchas más, así que aquí va esta ampliación de la lista de guarradas que se pueden hacer con la cerveza.

Diesel: prometí que si lo probaba os lo contaría, y así ha ocurrido. La cerveza con cola ni me ha gustado, ni me ha disgustado. La verdad es que es bastante insulsa. Supongo que para días de mucho calor estará bien, pero no va a pasar a ser una de mis bebidas favoritas.

Alster: delito tiene que me haya olvidado de esta, siendo una de las mezclas más populares de Alemania… y también de España. Cerveza con limón. No necesita mayor comentario, ¿verdad?.

Radler: Alster es el nombre con el que se conoce en el norte de Alemania, aunque si generalizamos a todo el país y a otras bebidas para mezclar, como 7-up, la mezcla se conoce por Radler.

Bananenweizen: esto sólo lo he probado para poder ponerlo en el blog, porque cuando me lo contaron no me podía creer que nadie fuese capaz de hacer una mezcla así, y mucho menos de poder beberla. La cosa es ni más ni menos, que cerveza blanca con zumo de plátano. La primera duda que esto ofrece es saber cómo se hace zumo de plátano. La siguiente duda, es comprender cómo se te ocurre mezclar eso con cerveza. En el sitio donde yo la pedí creo que no la deben saber hacer bien, porque más que mezclada estaba estratificada, el zumo de plátano abajo y la cerveza arriba. Si consideramos la parte intermedia como la realmente mezclada y la que respeta el sabor de la idea, el invento no está malo del todo. Como curiosidad mereció la pena, pero no creo que lo vaya a volver a pedir en mucho tiempo.

Permanencias

Posted in Uncategorized on junio 1, 2009 by curroscrimieri

Estos dos últimos días en Osnabrück han estado muy relacionados con el fútbol. El VFL Osnabrück se jugaba seguir en la segunda división del fútbol alemán contra el Paderborn. El sábado pasado perdieron 1-0, y hoy, con un 0-1 en casa, se ha confirmado el miedo de los habitantes de esta ciudad y el VFL es oficialmente equipo de la tercera división.

No me cuesta nada ponerme en la situación de los apesadumbrados aficionados del Osnabrück, y es que yo mismo estuve ayer sufriendo la última jornada de La Liga. A pesar de que no soy nada futbolero, en los momentos claves sí que estoy dispuesto a tragarme algún que otro partido, y ayer, con el Pucela jugándose la permanencia, era uno de esos momentos. Durante casi dos horas estuve escuchando por la radio española cómo iban los distintos encuentros. Tras una última media hora al borde del colapso nervioso finalmente nos salvamos, y la euforia se desató en Osnabrück. En realidad, sólo se desato para mí y para los dos gijoneses que andaban viendo el partido del Sporting en el piso de abajo, pero puedo asegurar que fue euforia.

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Más tarde nos las apañaríamos para liar a más gente, y aprovechando que este lunes en Alemania era feriado, como dirían nuestros amigos latinos, salimos a celebrar la permanencia de nuestros equipos. Hasta los alemanes celebraron la permanencia del Valladolid. ¡Aúpa Pucela!

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La conversación

Posted in Uncategorized on May 28, 2009 by curroscrimieri

No exagero cuando digo que en estos meses he tenido la siguiente conversación más de diez veces. Todo empieza cuando llegas a una reunión, fiesta, bar… lo que sea donde haya alemanes, y uno de ellos, que te conoce, te empieza a presentar gente. Se acerca a alguien, hablan un poco y señalándote dice:

– Francisco aus Spanien.

El tono con el que ha dicho Spanien ya debería hacerte sospechar, pero tampoco es cuestion de ponerse malpensado nada más conocer a alguien. Sonríes mirando hacia el alemán, en este caso alemana, y estrechas la mano que te tiende.

– Hallo Francisco, Ich heisse Katherine.
– Hallo Katherine… in Spanien ist es zwei Küsse.
– Bitte?
– Zwei Küsse… Two kisses

Esto último lo hago señalándome cada mejilla con el dedo índice, por si acaso aún no me ha entendido, que aquí es muy normal que aunque no tengas fallos gramaticales o de pronunciación, no entiendan o malinterpreten todo lo que dices. Si además vas soltando las frases según te vienen a la boca, los resultados pueden ser calamitosos.

– Ah! I know. I was in Italy They give three kisses there.

Mira que listos los italianos, que dan tres besos. Pero ella nada, alemana. La verdad es que tardan una temporada rodeadas de españoles en empezar a hacerlo. Pero luego es muy gracioso verlas llegar a las fiestas y hacer distinticiones en los saludos: español… dos besos; a ti no te conozco… la mano; español… dos besos; alemana… abrazo.

En ese momento se produce una pequeña pausa y sale la frase típica.

– Yo hablo un poco españolo.
– ¡Que casualidad! yo también hablo español.
– Bitte?
– Yo también hablo español

Despacito y silabeando a la par que sonriendo, para que quede claro que es un chiste, y que no estoy intentando reírme de ella.

– Ah… sí… yo hablo un poco españolo.

Por la cara parece que no ha entendido la gracia y piensa que me estoy quedando con ella. Dudo si seguir sonriendo o ponerme serio, pero ella sigue hablando.

– ¿De dónde eres?
– De Valladolid.
– No sé. Vadodil es en la costa.
– No. Va-lla-do-lid no ESTÁ en la costa. ¿Salamanca?
– No sé Salamanca. ¿Es para Madrid?

Suelo dedicar un rato a explicar donde está Valladolid, dibujando en el aire la Península Ibérica, y dando distancias kilométricas, pero sospecho que dado el estado de embriaguez de mi contertulia, lo que menos le va a preocupar cuando se despierte a la mañana siguiente, va a ser recordar donde le habían dicho que estaba Valladolid, así que no pongo demasiado interés en la explicación.

– Sí, cerca de Madrid.
– Yo quiero… a España ir… it’s really difficult, correct me if I make mistakes.
– No, no… lo haces muy bien. Tú quieres ir a España. ¿Cuándo?
– Yo quiero ir a España… por… quiero ir a España… en… para curso siguiente.
– Quieres ir a España el próximo curso.
– Bitte?

Este es el momento en el que cambio al inglés porque si no, sabes que en cualquier momento empezaran a preguntarte cuando se usa por, y cuando se usa para, y cosas por el estilo.

– You want to go to Spain next year.
– Yes.
– Nice, I’m sure you’ll have a great time.

Eso seguro. Bebiendo calimocho y haciendo botellón.

– In Spain all the young people speak english, right?

El nuevo mito sobre España es que todos los jovenes hablan inglés. Si hace treinta años la gente creía que íbamos vestidos de toreros, y por las tardes nos bajamos unas banquetas a la calle para cantar flamenco, ahora en todas partes están completamente convencidos de nuestro bilingüismo. Y lo peor es que cuando les dices que en inglés por España no vas ni a por el pan, aún hay gente que no te cree y te quita la razón.

– Yeah, most of them, and teachers are very concerned about their students.
– Oh, wonderful

A pesar de que mi tono era claramente de ironía, parece que se lo ha creído todo. Empiezo a dudar de que sea capaz de deshacer todo este entuerto, y que como siga haciendo bromitas, al final la cosa va a acabar en un problema. Así que decido despedirme amablemente antes de que se emocione más y empiece a plantearse terminar la carrera en España.


– Listen. I have to go, I’m sorry.
– Ah ok. Nice to meet you.
– Nice to meet you too. Have fun next year in Spain.
– Hasta la vista
– Tchuss

El alemán del principio se me vuelve a acercar y me dice en inglés:

– Te voy a presentar a un compañero de clase.
– ¿Habla español?
– ¿Qué?
– Nada, da igual, preséntamelo

Hora Zulu

Posted in Uncategorized on May 22, 2009 by curroscrimieri

No creo que para mucha gente esta banda tenga nada que ver con Alemania, y mucho menos con una Erasmus. Sin embargo, para mí, ha sido la banda sonora de mi estancia en Osnabrück. Durante estos meses, han sido cientos las ocasiones en las que he escuchado sus temas. Por la noche, al irme a dormir, o por las mañanas yendo a clase. Prácticamente podría adivinar cuál es la siguiente parada del autobús que va a la universidad sólo escuchando en que tema del “Crisis de claridad” me encuentro en ese momento. Y no sé quién vivirá el año que viene en esta habitación, pero estoy seguro de que entre estas cuatro paredes no se ha escuchado, ni se escuchará, mejor música que el tema que está aquí abajo.

En el andén (Hora Zulu)

Cervezas II: guarreridas

Posted in Uncategorized on May 18, 2009 by curroscrimieri

 

No sé si será porque me estoy empezando a cansar de Alemania, o por una innata necesidad de tocar las narices, pero en la segunda entrada sobre el tema de las cervezas, es mi intención seguir desmontando el mito del país de la cerveza de calidad. Que se preparen los fanáticos de esta bebida, porque en las siguientes líneas encontrarán detalladas explicaciones de cómo los teutones corrompen la fe verdadera de la cerveza, y en vez de disfrutar de la pureza del amargo néctar, lo envilecen con mezclas pecaminosas en aras de un disfrute mundano y fugaz.

Pues he ahí la clave de todo: la mezcla. Las mezclas que se hacen con la cerveza son muchas y muy variadas, y seguramente esté muy lejos de conocer todas, pero en estos meses ya he podido ver unas cuantas con las que hay más que suficiente para una entrada.

Berliner Weisse (Blanca de Berlín): Esta mezcla consiste en añadir a una jarra de cerveza blanca un chorro de sirope. Al hacer esto la cerveza cambia de color, quedando teñida por el jarabe. Yo los únicos que he visto son el rojo y el verde, que son los más populares, y sinceramente ignoro si hay más versiones. De sabor no está mal, quizá algo dulce para mi gusto, pero la cerveza blanca tampoco me entusiasma así que no llega al nivel de sacrilegio.

berliner

Diesel: También es conocido como Mixery, aunque creo que este último es el nombre comercial que una marca le ha dado al producto enlatado que se encuentra en los supermercados. Esto no es ni más ni menos que la versión alemana del calimocho, y consiste simplemente en mezclar cerveza con cocacola. Según se dice, es tremendamente popular, pero nunca he visto a nadie bebiéndolo, así que no sé hasta que grado será cierto. Cuando decidí que iba a hablar de todas estas mezclas en el blog, pensé que era necesario documentarse, y compré una lata del invento. La lata lleva dos semanas en mi frigorífico, y aunque cada día la veo no menos de tres veces, aún no he conseguido reunir el valor necesario para abrirla. Si algún día lo hago os comentaré lo que me ha parecido.

Cervezas con sabores: Ya puestos a mezclar sabores, por qué no hacerlo con cualquier cosa, debieron pensar en las fabricas de cerveza. Ni siquiera soy capaz de recordar todas las mezclas y marcas que he visto en este tiempo, pero seguro que son decenas. Cerveza con naranja, limón, cereza, guayaba, bebida energética… La única que he probado ha sido la Schöfferhofer de pomelo, y aunque me gustó, mi sensación fue que estaba más cerca de un refresco con regusto a cerveza, que de una cerveza mezclada con otro sabor.

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Altbier Bowle: Cuando no tienes ni idea de las diferencias entre los productos que hay en una carta de bebidas sueles pedir al azar una de las veinte opciones, y te sientas a ver que te trae el camarero. En la ocasión que pedí esto la sorpresa fue mayor de lo habitual. El camarero apareció con una jarra de cerveza tostada con el fondo lleno de trozos de melocotón en almíbar que hizo saltar la alarma contra alimentos alemanes asquerosos. Pero tras el recelo inicial lo probé y me gustó bastante. La cerveza conserva su sabor y sólo toma un leve regusto de la fruta, mientras que los trozos de melocotón que pescas del fondo con la ayuda de un palillo de los de brochetas, sí que están impregnados del sabor de la cerveza de un modo bastante agradable. Sin duda, de todas las mezclas, la que más me gusta.

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Pues hasta aquí llegan mis conocimientos sobre mezclas de cervezas. Si alguien conoce más que no dude en dejar un comentario compartiendo sus conocimientos.

El Día de la Reina

Posted in Uncategorized on May 8, 2009 by curroscrimieri

 

Cuando estás de Erasmus no hacen falta excusas para salir de juerga. Cualquier día entre semana llegando a las 5 de la mañana semietílico debería servir como ejemplo de lo voluble de la conciencia de un estudiante universitario español viviendo en Alemania. Así que cuando dos amigos españoles te mandan un email hablándote de la posibilidad de venir a visitarte y aprovechar el desplazamiento para acercarse al megafiestón holandés del año, lo primero que te viene a la boca es: “soy mucho más fácil que eso, no os hacía falta ninguna excusa para que aceptase el plan”. En cualquier caso, nunca viene mal una excusa para cortar rápidamente las conversaciones impertinentes de los que sólo conocen de Amsterdam los coffeshops y el barrio rojo, y te preguntan sonriéndose: – “pero, ¿no habías estado ya más veces?” – “Sí, pero no el Día de la Reina”.

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Así que, el día 29 de Abril salíamos de Osnabrück en coche de alquiler, raudos y muy veloces por las autobahns alemanas camino de Amsterdam, con pequeño rodeo para recoger a los viajeros españoles en Düsseldorf. En el maletero nos acompañaban dos cajas de Maibock (ya explicaré en otra entrada sobre cervezas que es exactamente esto) y algo de comida para evitar los temidos estacazos que suelen meter en este tipo de fiestas en la calle.

El primer día al llegar  hicimos una visita más estándar a Amsterdam. Ya se notaba cierto ambiente de fiesta, pero aún distaba mucho de lo que nos esperaba la jornada siguiente. Este primer contacto me sirvió para reafirmarme en mis impresiones previas sobre la ciudad. Siendo Amsterdam una ciudad que me gusta, no es un lugar que llegue a fascinarme. Siempre que voy allí tengo la sensación de que la ciudad es una caricatura de sí misma, una trampa para turistas que pasean por sus calles como si lo hiciesen por un parque de atracciones para mayores de edad.

Caminando por el barrio rojo nos encontramos de frente con una visita guiada. Unos sesenta venerables ancianos siguiendo en fila la banderita del guía que los llevaba de paseo por delante de los famosos y conocidos escaparates. Todos de la mano paseando entre los cristales donde se exhiben casi desnudas las meretrices. Las ancianitas con cara sonriente y divertida, y ellos con cara seria intentando fingir indiferencia ante lo que veían. En el rato que pasamos por la zona vimos otras dos visitas más de ese tipo, aumentando mi sensación de estar en un parque temático del vicio.

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El día siguiente ya fue el Día de la Reina propiamente dicho. Decenas de miles de personas con atuendos naranjas colapsaban las calles de Amsterdam, y sin un rumbo fijo nos unimos a la turba caminando durante horas compartiendo el ambiente con los locales y turistas allí congregados, y durante el camino dimos buena cuenta de nuestras cervezas. Por los canales navegaban todo tipo de embarcaciones equipadas con su propia música y bebidas en las que los holandeses bailaban y se emborrachaban, pero de las que milagrosamente nadie caía al agua.

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Fue un día de fiesta largo y cansado, que para mi terminaría unas horas antes ya que se imponía la responsabilidad de conducir de vuelta a Alemania.

Cervezas I: cantidad, no calidad

Posted in Uncategorized on abril 27, 2009 by curroscrimieri

Tenía pendiente escribir sobre las cervezas, que es un tema que mucha gente me ha pedido que trate en el blog. Llevo unos días pensando qué poner y he llegado a la conclusión de que el tema es tan extenso que va a ser mejor dividirlo en una serie de entradas. En esta primera, intentaré dar una visión más general y en las siguientes iré entrando en detalles.

Yo mismo, antes de vivir en tierras bárbaras, siempre había creído que Alemania se caracterizaba por la calidad de sus cervezas, pero esto ha resultado no ser del todo cierto. Habrá tiempo para hablar de las variedades de cerveza y sus calidades, pero el hecho más destacable aquí no es tanto la calidad de la cerveza que se bebe como las cantidades que se llegan a beber.

Uno de los motivos por los que se consume tal cantidad, es por el precio. La cerveza es muy barata. Puedes encontrar cajas de 24 tercios por unos 6 ó 7 euros, y las marcas buenas por no mucho más. Incluso hay botellas de plástico de medio litro a unos precios realmente absurdos, aunque jamás tuve el valor de probarlas, ni conocí a nadie que lo hiciese, salvo un danés, pero como ellos dicen de sí mismos, serían capaces de beber cualquier líquido, por repugnante que sea, si tiene alcohol y emborracha.

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Cuando vas entrando en la dinámica de vida alemana, ves que la cerveza acompaña muchos de tus momentos: quedas a ver una película en casa de alguien y vas con cervezas; quedas para comer y vas con cervezas; por supuesto, si quedas para hacer una fiesta vas con cervezas, y si no sabes que hacer… pues quedas para beber cervezas. Pero también la cerveza acompaña momentos más extraños, y hay veces que te encuentras comprando cervezas para ir a jugar un partido de baloncesto (no vaya a ser que esté un buen rato en el banquillo), y, otras veces, te llevas unas cuantas para irte de viaje. El otro día teníamos que coger un tren a las 11 de la mañana, y sin necesidad de decir nada ni ponernos de acuerdo todo el mundo apareció en la estación con su pack de cervezas para el camino. Esto, aquí no es demasiado sorprendente, ya que muchísima gente bebe en los trenes o metros alemanes.

El caso es que el propósito de todo esta cebada fermentado no es emborrachar, si no pasar el rato, lo cual a la larga lo hace mucho más enfermizo. Yo soy de los que en España me tomo tres cañas seguidas y me empiezo a marear, y sin embargo aquí los tres tercios no me producen más efecto que tener ganas de ir al baño. Como no es sólo a mí, si no que mucha gente tiene la misma impresión, estoy empezando a poner en duda el mito del aguante a la cerveza de los germanos, y más teniendo en cuenta lo asquerosos que muchos se ponen cuando salen los fines de semana.

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Así que, como podéis ver, la cerveza en Alemania es una parte importante de la forma de vida, y tal es así que el estar a menudo con una cerveza de la mano, hace que el placer de degustar cervezas de calidad se deje para momentos muy determinados. Para todo lo demás: Beck´s.

Frio

Posted in Uncategorized on abril 22, 2009 by curroscrimieri

Iluso de mí, pensé que tras dos semanas de manga corta y gafas de sol, podía decir que el invierno ya había acabado. Pero estamos en Alemania, y aún me faltan unos cuantos años para saber interpretar qué cambios en el clima van asociados con cambios estacionales y perennes, y cuáles son meros caprichos.

Así que esta mañana, tras salir a la calle, no me ha quedado más remedio que volver a por el abrigo, que ya estaba colgado en el armario, y para el que ya estaba buscando manera de enviarlo de vuelta a España. Sin duda hubiese sido una decisión precipitada, ya que he conocido semanas de Julio en Berlín o Hamburgo, en las que no podías salir a la calle sin un jersey bastante gordo.

Habrá que seguir a la espera de mejoras más duraderas y mientras tanto disfrutar del clima de la ciudad alemana con mayor indice de pluviosidad, aunque por suerte para mí este año no está haciendo honor a la estadística.

Cabezas cuadradas II

Posted in Uncategorized on abril 16, 2009 by curroscrimieri

Con echar un rápido vistazo a las estadísticas del blog es fácil darse cuenta de que criticar a los alemanes gusta. La entrada cabezas cuadradas es la que más lecturas tiene, y también una de las que más comentarios ha recibido. La gran mayoría de la gente que ha llegado a este blog desde un buscador lo ha hecho cuando tecleaba “alemanes cabezas cuadradas” o algo similar. Así que, en un evidentísimo caso de autobombo, voy a darme el gusto de escribir otra entrada populista apelando a los bajos instintos chovinistas de los lectores, y con la esperanza de remontar el número de visitas, que, últimamente, por falta de actualización, andan de capa caída.

En este caso os voy a contar la dificultad que tienen los alemanes para convivir, o más bien, para tolerar la convivencia.

Ya conocía, desde hace bastante, historias sobre lo que es compartir casa con alemanes. La mayoría de la gente que conozco que ha pasado por esta situación cuenta historias similares: es como vivir con fantasmas, sólo están en su habitación, comen allí, ven la tele allí, y únicamente salen para cocinar, pero si oyen que estás en la cocina esperan a que acabes para evitar cruzarse contigo. En cierto modo me parece justificable: si lo único que quieres es compartir una casa y sus gastos, entiendo que no veas la necesidad de hacerte amigo de la gente que vive contigo, y por tanto de pasar tiempo con ellos.

Pero no todo podía ser un feliz vive y deja vivir. En toda convivencia surgen roces, y ahí es cuando empiezan a aparecer las cosas realmente curiosas, ya que los alemanes son invisibles hasta para quejarse. Aunque a tus compañeros de piso alemanes les moleste algo de lo que haces, no esperes enterarte por ellos, porque es bastante posible que opten por seguir evitando cualquier contacto. Así que no es nada raro que te levantes una mañana y encuentres una nota pegada en tu puerta detallando las quejas que tienen sobre ti.

Nosotros tuvimos un curioso caso hace un par de semanas, que a mí me sirvió para constatar este pensamiento que me venía rondando la cabeza, y que además puede ser bastante ilustrativo para los lectores que no conozcan Alemania.

Tras un largo, frío y oscuro invierno, la última semana de Marzo nos sorprendió con un cielo completamente despejado y unas temperaturas muy agradables. Decididos a aprovechar esta rareza de la naturaleza, y uno de los españoles que viven por aquí ofreció el jardín de su casa para ir por las tardes a pasar el rato: tomar el sol, escuchar música, beber unas cervezas… nada demasiado escandaloso. Así que durante cuatro días consecutivos pasamos las tardes en su jardín tranquilamente y sin molestar a nadie. O eso creíamos nosotros. La quinta tarde, mientras estábamos tirados en el césped tostándonos al sol, apareció el Hausmeister, que viene a ser el equivalente al casero o responsable de las viviendas de estudiantes. La sorpresa fue bastante grande, cuando nos dijo que muchas personas habían estado quejándose toda la semana por las molestias que habíamos causado, y que nuestras reuniones quedaban prohibidas bajo amenaza de expulsión.

El hecho de que una persona que se siente molesta sea incapaz de asomarse a la ventana para decir que paremos, y que este aguantándose toda la tarde para al día siguiente ir a poner una queja formal, es un concepto que se me escapa. Como español entendería que alguien se asomase a la ventana y dijese: “como baje al jardín te vas a comer los altavoces”. Para mí es una forma aceptable de quejarse. Y seguramente sea mucho más efectiva, ya que nuestra intención no era molestar y de haber sabido que lo hacíamos, no habríamos tenido problemas en bajar el volumen, o incluso ir a otra parte. Pero el alemán opta por una forma más vengativa, a mi entender, de protestar, y una vez que tú le has incomodado busca la manera de devolvértela del modo mas perjudicial posible, que no incluya encararse contigo.

De momento vamos sobreviviendo, pero parece que nuestros jóvenes vecinos alemanes cada vez están más beligerantes, y el número de quejas está creciendo en el último mes, o eso dicen los rumores porque todavía nadie se ha dirigido a los perturbadores para comunicárselo.