No exagero cuando digo que en estos meses he tenido la siguiente conversación más de diez veces. Todo empieza cuando llegas a una reunión, fiesta, bar… lo que sea donde haya alemanes, y uno de ellos, que te conoce, te empieza a presentar gente. Se acerca a alguien, hablan un poco y señalándote dice:
– Francisco aus Spanien.
El tono con el que ha dicho Spanien ya debería hacerte sospechar, pero tampoco es cuestion de ponerse malpensado nada más conocer a alguien. Sonríes mirando hacia el alemán, en este caso alemana, y estrechas la mano que te tiende.
– Hallo Francisco, Ich heisse Katherine.
– Hallo Katherine… in Spanien ist es zwei Küsse.
– Bitte?
– Zwei Küsse… Two kisses
Esto último lo hago señalándome cada mejilla con el dedo índice, por si acaso aún no me ha entendido, que aquí es muy normal que aunque no tengas fallos gramaticales o de pronunciación, no entiendan o malinterpreten todo lo que dices. Si además vas soltando las frases según te vienen a la boca, los resultados pueden ser calamitosos.
– Ah! I know. I was in Italy They give three kisses there.
Mira que listos los italianos, que dan tres besos. Pero ella nada, alemana. La verdad es que tardan una temporada rodeadas de españoles en empezar a hacerlo. Pero luego es muy gracioso verlas llegar a las fiestas y hacer distinticiones en los saludos: español… dos besos; a ti no te conozco… la mano; español… dos besos; alemana… abrazo.
En ese momento se produce una pequeña pausa y sale la frase típica.
– Yo hablo un poco españolo.
– ¡Que casualidad! yo también hablo español.
– Bitte?
– Yo también hablo español
Despacito y silabeando a la par que sonriendo, para que quede claro que es un chiste, y que no estoy intentando reírme de ella.
– Ah… sí… yo hablo un poco españolo.
Por la cara parece que no ha entendido la gracia y piensa que me estoy quedando con ella. Dudo si seguir sonriendo o ponerme serio, pero ella sigue hablando.
– ¿De dónde eres?
– De Valladolid.
– No sé. Vadodil es en la costa.
– No. Va-lla-do-lid no ESTÁ en la costa. ¿Salamanca?
– No sé Salamanca. ¿Es para Madrid?
Suelo dedicar un rato a explicar donde está Valladolid, dibujando en el aire la Península Ibérica, y dando distancias kilométricas, pero sospecho que dado el estado de embriaguez de mi contertulia, lo que menos le va a preocupar cuando se despierte a la mañana siguiente, va a ser recordar donde le habían dicho que estaba Valladolid, así que no pongo demasiado interés en la explicación.
– Sí, cerca de Madrid.
– Yo quiero… a España ir… it’s really difficult, correct me if I make mistakes.
– No, no… lo haces muy bien. Tú quieres ir a España. ¿Cuándo?
– Yo quiero ir a España… por… quiero ir a España… en… para curso siguiente.
– Quieres ir a España el próximo curso.
– Bitte?
Este es el momento en el que cambio al inglés porque si no, sabes que en cualquier momento empezaran a preguntarte cuando se usa por, y cuando se usa para, y cosas por el estilo.
– You want to go to Spain next year.
– Yes.
– Nice, I’m sure you’ll have a great time.
Eso seguro. Bebiendo calimocho y haciendo botellón.
– In Spain all the young people speak english, right?
El nuevo mito sobre España es que todos los jovenes hablan inglés. Si hace treinta años la gente creía que íbamos vestidos de toreros, y por las tardes nos bajamos unas banquetas a la calle para cantar flamenco, ahora en todas partes están completamente convencidos de nuestro bilingüismo. Y lo peor es que cuando les dices que en inglés por España no vas ni a por el pan, aún hay gente que no te cree y te quita la razón.
– Yeah, most of them, and teachers are very concerned about their students.
– Oh, wonderful
A pesar de que mi tono era claramente de ironía, parece que se lo ha creído todo. Empiezo a dudar de que sea capaz de deshacer todo este entuerto, y que como siga haciendo bromitas, al final la cosa va a acabar en un problema. Así que decido despedirme amablemente antes de que se emocione más y empiece a plantearse terminar la carrera en España.
– Listen. I have to go, I’m sorry.
– Ah ok. Nice to meet you.
– Nice to meet you too. Have fun next year in Spain.
– Hasta la vista
– Tchuss
El alemán del principio se me vuelve a acercar y me dice en inglés:
– Te voy a presentar a un compañero de clase.
– ¿Habla español?
– ¿Qué?
– Nada, da igual, preséntamelo